Aprobación social como medio de satisfacción personal
En la vida cotidiana siempre encontramos la trivial tarea de tomar decisiones, ya sea para nuestro bien o para el bien de otros, lamentablemente hoy, lo que queremos garantizar es nuestro propio bienestar, aunque esto no suene del todo como un mal hecho, la decisión que tomemos para nuestro bien tal vez no sea la correcta.
Al ser humano siempre se le ha conocido como un ser que busca su zona de confort, esto puede llevar a una persona a hacer cosas inadecuadas, o lo más visto hoy, cambiar algún aspecto propio (apariencia, actitud, forma de pensar, etc) para agradar algún grupo en específico o a otra persona.
Realmente nosotros tenemos la equívoca creencia de que al lograr encajar en un grupo, hemos alcanzado nuestra propia satisfacción o nuestra zona de confort, pero no es así, no nos damos cuenta de que en realidad hemos alcanzado la comodidad del grupo, no la nuestra, tratamos de engañarnos a nosotros mismos haciéndonos pensar que hemos adquirido lo que realmente queríamos pero muy en el fondo aún sabemos que lo que hemos logrado no es lo que nos hace felices, al humano le hace feliz ser él mismo, ser aceptado por quién es y no cambiar por los demás, esto normalmente llevaría a un conflicto personal donde la mente falsamente piensa que tiene lo que quiere pero el subconsciente trata de hacernos saber que la verdadera felicidad o satisfacción la encontraremos en nosotros mismos, no en otra persona que busca nuestro cambio para poder apreciarnos, sin embargo no son todas las personas las que se logran dar cuenta de lo que quieren y aquí es donde una persona puede caer en una verdadera miseria.
Una persona que cambia sus creencias o ideales como medio para lograr aprobación a los ojos de la sociedad debe razonar el por qué lo hace y si realmente dentro de su pensamiento vale la pena hacerlo, lo que en un momento puede parecer la decisión más correcta, más tarde se puede convertir en una jaula donde se está atrapado y sin salida, esto tomando en cuenta de que al seguir un grupo, es muy probable que éste no sea uno de buenas acciones, pensamientos o ideas, ya que la persona que te hace cambiar para aceptarte no es ni de lejos un amigo o siquiera compañero, el hecho de cambiar para agradar refleja inseguridad en nosotros y el deseo desesperado de ser tomado en cuenta, sea para bien o para mal. No está de más mencionar que al buscar aprobación podemos llegar a herir o a alejar a las personas que realmente nos quieren en sus vidas por quienes somos y por como nos desenvolvemos en nuestro vivir.
Dado que la sociedad se conoce como un complejo organismo, el solo hecho de cambiar quienes somos, no solo logrará agradar a la minoría, también generará disconformidad en el resto de los seres en nuestro entorno, ya que a los ojos de ellos no somos quien ellos aprecian, si hay alguna razón por la que un ser vivo se acerca a nosotros es porque se familiariza y se siente a gusto con nuestra compañía o presencia. Debemos ser muy precavidos cuando una decisión que implique nuestra satisfacción por medio de aprobación llega a nuestras vidas, ya que aunque no lo parezca en primera instancia, tomar el camino equivocado puede llevar a una serie de malas experiencias, dejándonos así más que un sabor amargo de boca.
Un punto a resaltar es que la posibilidad de que nos acepten al cambiar no es 100% segura, ya que aunque creamos que estamos siendo tomados en cuenta, realmente no hay manera de que conozcamos las verdaderas intenciones de los demás sobre nosotros, en la mayoría de los casos siempre hay algún aspecto que buscarán arrebatarnos para el beneficio de ellos, no debemos confiarnos y debemos despertar a tiempo ya que aunque es probable que nuestros seres queridos traten de ayudarnos, al fin y al cabo nuestras decisiones están en nuestras propias manos no en las de otros.
Es importante recordar que la última palabra la tenemos nosotros, somos quienes elegimos qué camino vamos a seguir, sea éste uno libre, uno complicado, uno donde otras personas tomen las decisiones por nosotros o uno donde decidamos escucharnos y entender que queremos realmente, es nuestra responsabilidad velar por que vivamos nuestra vida de manera libre y que esta no sea regida por otros sea para bien o para mal, sin embargo una vez más, somos nosotros quienes debemos interpretar la mejor opción antes de decidir, después de todo… somos quienes somos.
