Opresión Criminal

La sensación de que la inseguridad ciudadana cada día se acrecienta puede ser alarmante, y aunque queramos pensar que no es así y que estamos seguros en nuestras comunidades la posibilidad de que el peligro nos haya alcanzado es bastante alta.

Hoy, no sólo corremos peligro en cualquier lugar, también nuestros seres queridos lo corren, las situaciones donde nuestras vidas, nuestros bienes o familiares pueden correr peligro pueden infundirnos miedo y hasta pueden llegar a cambiar la manera en la vivimos nuestro día a día, de ser personas extrovertidas y activas cuando estamos fuera de nuestras casas, podemos pasar a ser personas reservadas, no sociables o personas que prefieren quedarse en casa para evitar ser víctimas del daño que otros ciudadanos pueden infligir en nosotros, pero no es así como las cosas deben ser, no es justo que la opresión que el crimen quiere poner sobre nosotros se adueñe de nuestras vidas por medio del miedo y la intimidación.

A pesar de que los mensajes coercitivos que estas facciones de nuestra sociedad nos envían pueden ser bastante atemorizantes, no debemos dejarnos manipular, una sociedad oprimida es un pueblo muerto, una sociedad donde las personas no se levantan en contra de lo que la amenaza será una sociedad destinada a fallar en cuanto a derecho de expresión se trata. No podemos dejar simplemente que éste lado sombrío de nuestro vivir se apodere de nuestras voluntades para poder realizar donde sea, cuando sea y como sea lo que se le antoje. Es importante que sin miedo afrontemos la situación actual y las situaciones por venir, es importante que sin titubear confrontemos a aquellos que no quieres nada más que adueñarse de nuestras calles solo para verlas arder, para hacer lo que ellos gustan, lo cual no es más que un montón de actividades negativas y decadentes que dejan nuestros derechos, nuestra voluntad y nuestra libertad en un plano sin cabida, en un lugar donde no somos nosotros quienes toman las decisiones del día a día, la clave para combatir a aquellos que se quieren hacer con el control de la sociedad por medio de la amenaza y la intimidación, es no rendirse y seguir luchando por lo que es nuestro por derecho, lo cual es poder una vida plena, sana y libre de amenazas y peligros creados por personas sin idea de lo que realmente es una vida.

Debemos aprender que sí vale la pena luchar por una vida libre de criminales y personas que atenten contra nuestra integridad no solo como pueblo pero también como persona, debemos saber que las buenas personas somos mayoría y mientras nos pongamos de pie y peleemos lo que nos pertenece, la opresión no será posible de ninguna manera, la mayoría siempre gana cuando el propósito es limpio, y es hora de que despertemos, no podemos esperar a que el gobierno y la ley haga todo por nosotros, no en todos los países este sistema es eficiente, nosotros también tenemos voz y voto, es momento de que nos encarguemos de no caer y de lograr destronar a los criminales que creen ser dueños de nuestras vidas y de nuestras comunidades, en este caso no hablamos de violencia, hay muchas más maneras de hacer justicia con nuestras propias manos, muchas maneras de dar una lección inolvidable, muchas maneras de lograr limpiar nuestros alrededores de esta gran oscuridad que nos quiere doblegar… No debemos rendirnos, al contrario en la actualidad es cuando debemos ser más fuertes que nunca, no debemos tener miedo a denunciar, a hacer público un crimen, si nos dejamos callar nos dejamos morir, es así de simple, mientras podamos pelear de la manera correcta debemos hacerlo, después de todo, quienes heredaran nuestro mundo son nuestros hijos y las generaciones venideras, y es nuestra responsabilidad como habitantes de este planeta dejar un mundo seguro y sano para ellos.